Es justo a
los 37 cuando comienzo a percibir todo distinto, las personas, los lugares, las
situaciones, las actitudes… empezando por lo que siempre creí conocer, como mis
amigos mas cercanos que gracias a las redes sociales y a la globalización en la
que vivimos, estar emocionalmente cerca es mucho más fácil que hace años, que se
tenía que esperar la llegada diaria del cartero para saber si ese día teníamos
la fortuna de recibir noticias por escrito de un ser querido.
Al platicar esto de un caso muy específico con un amiga y su esposo, me comentan que no es
que el mundo a mi alrededor haya cambiado sino que fui yo la que cambió, que lo
demás siempre ha sido igual, solo que yo lo percibía distinto.
Fui de vacaciones de invierno a Mexicali y sentí la ciudad
diferente, a pesar que tan solo cuatro meses antes había estado de visita.
Las calles,
los comercios… me resultaban con cambio…
El problema
fue cuando a mis amigos mas allegados los sentí distintos…
¿Será que
si soy yo la que cambió y que no me he percatado del asunto?... ¿Es acaso que
la edad está haciendo estragos hasta en mi percepción y no solo en mi
metabolisbo y piel?
GRITO DE
TERROR
Si justo
así, es como siento al percatarme de todo esto, si a los 32 me empezó la edad de
los nunca, que horror los 37 en que me cambió el mundo… #chale.
Lo peor del
asunto es que ahora, además de cuidar como percibo el entorno, debo maquillarme
todos los días para cuidar como el entorno me percibe a mi, pues a los cachetes
tengo que sumarle la edad y las ojeras, que antes las justificaban con “ay como
estudia la niña”, pero ahora no, con un “ay como trabajas” no solucionas el
hecho de la mala imagen pública.
El asunto
es que no soy de mucho maquillaje… OH POBRE DE MI, porque mas que aplicar los cosméticos
en el rostro, lo que me causa pereza es quitarlos tras un día entero de
traerlos puestos.
He de confesar
que el arte de delineador líquido párpado superior-delineador lápiz párpado
inferior-cuchara en pestañas-rimel no me lleva tanto tiempo, puedo hacerlo
perfecto en 10 minutotes, pero si se me pasó la mano con el bloqueador, tengo
que usar corrector por fuerza.
Que dicho
sea de paso, si se me pasa la mano con el bloqueador con ácido hialurónico que ahora uso en lugar de humectante (bajo estricta
prescripción de mi dermatóloga, es un MA-RA-VI-LLA) se me mete al ojo y no dejo
de llorar en toda la tarde, porque además de vieja, cansa, ojerosa… termino
llorando TODO EL DIA.
El caso es
que, tras esta exhaustiva reflexión me doy cuenta, en efecto, que ya valió.