sábado, 28 de febrero de 2009

La medida de la juventud

Mi madre tiene frases peculiares que ha ido acumulando a lo largo de su vida, algunas de su abuela, otras de mi abuela y muchas mas propias, una de ellas, de las propias, que desde chica he escuchado es:

"El tiempo no respeta a nadie... ni a mi"

Para después agregar la anécdota de un actor de Hollywood que no soportó verse viejo y acabado y se suicidó.


Ésta frase siempre me ha causado gracia, sobre todo por el tono lastimero con el que mi mamá la profiere.

Conforme pasan los días en mi existencia me voy dando mas cuenta de que tan cierta es y lo mejor es que tengo la oportunidad de aplicárselas a mis allegados.

Hoy celebramos el cumpleaños número 30 de una amiga mía muy querida y ella está guapísima y llena de jovialidad. Igual me sentí yo cuando los cumplí, lo que nadie me dijo es que la edad de los nunca empieza justo ahí en la tercera década de la vida.


Ya sabe, "nunca me había dolido..." o "nunca me había fallado..." o peor aún "nunca me había pasado eso"... ZAZ.

El caso es que desde el minuto uno que cumplí 32 años he visitado con suma regularidad al doctor, para ser exacta, mínimo una vez al mes, es tanta la burla de la que soy objeto que al despedirnos el galeno y yo, la frase "nos vemos en un mes" resulta mas cierta que graciosa.

Estamos en el último día de febrero, mes en el que me toca revisión anual y al asistir con el ginecólogo, me pregunta mi edad para el expediente, yo graciosa le contesto que 32, PERO, que para el resto del mundo tengo 28, que no en vano cada mes voy a que me hagan facial y tengo especial cuidado con las líneas de expresión que han ido apareciendo en mi rostro, que mientras no se me noten todos los que tengo... no hay problema.


A lo que mi ilustre médico de 37 años, contestó:

"Deja tu que se te noten... que los sientas.

Yo ya cuando me agacho, pujo"

Esta frase me lleva a pensar en que tiene mucha razón y que a partir de hoy esa será la medida de la juventud... porque yo me agacho y todavía no pujo... vamos bien.

viernes, 13 de febrero de 2009

25 datos curiosos de mi persona

1.- Trabajé como cajera en el COSTCO, con mandil rojo y todo el numerito.

2.- Sueño con conocer París

3.- Soy totalmente inútil para caminar en tacones, reconozco que llego a lograrlo, pero me canso super rápido

4.- Amo ver Dr. Phil

5.- De acuerdo, lo acepto, por mas mala que sea la telenovela, si Fernando Colunga aparece, yo lo voy a ver… incluso corro para alcanzar la última repetición de “Mañana es para siempre”, si no estoy en casa a la hora de la transmisión.

6.- Jugar tenis y tocar el piano son cosas que siempre he querido hacer pero nunca me he aplicado a ello.

7.- Existió un tiempo en mi vida en el que decía que quería tener 4 hijos… oh si, CUATRO.

8.- Desde que vivo en el DF (Mayo 2003) he desarrollado un gusto por el pan de dulce, de plano no me le puedo resistir y mas si es con café con leche.

9.- Hasta hace tres años, nunca un hombre me había mandado flores, por eso le tenía prohibido a mi mamá y a mis amigas que lo hicieran.

10.- De no ser reportera, me hubiera gustado ser bailarina.

11.- A los 3 años entré al kinder y para los 5 le pedí a mi mamá que me inscribiera en la primaria porque ya me había aburrido.

12.- En la universidad, repetí la materia Opinión Pública… después de toooodo un año de escuchar la voz monorrítmica de Norberto Corella, sólo recuerdo que “La opinión pública no tiene memoria”… ¿pero porqCursivaue no tiene memoria?... No lo sé, no lo recuerdo.

13.- Me gusta ir a la playa, pero no puedo asolearme, me hace daño.

14.- No me gusta el color café.

15.- De niña a mi me hubiera gustado participar en los festivales escolares bailando o en una tabla gimnástica, pero no, gracias a mi madre mis participaciones eran declamando, y casi siempre el mismo poema… “México canta en la ronda de mis canciones” de Jaime Torres Bodet… que por cierto aún recuerdo.

16.- Me molesta despertarme temprano… antes de las 10, simple y sencillamente no es aceptable.

17.- Por muchas razones, siento que Niurka es mi alter ego.

18.- Mi mamá dice que si no existiera el teléfono, yo no tendría vida… a eso yo podría agregar también el Internet.

19.- Al menos a dos de mis amigos, siempre he querido besarlos en los labios.

20.- He sido mordida por 4 perros.

21.- Me hubiera gustado ser pelirroja…

22.- Pati Chapoy es mi gurú.

23.- Me preocupan mucho las arrugas y las canas…

24.- Siempre se ríen cuando les digo que si me gusta el rock… que escucho a Pink… : p

25.- Durante el 2008 y lo que va del 2009 he leído mas de lo que acostumbro… bueno, ya leo : )

martes, 3 de febrero de 2009

“¡AYUDA!, GRITABA MARÍA”

Ah como me reí cuando leí el relato que contenía esta frase, yo he de haber tenido unos 24 años y aún vivía en Mexicali, aunque ya trabajaba en un periódico local, no dejaba de ser sumamente ingenua y un asalto era algo que no era del día a día para mi, vaya, en mi mente no cabía la posibilidad que en una localidad como esa, a alguien pudieran asaltarlo a la luz del día.
En una de esas ocasiones en las que me puse a leer el periódico, en el que trabajaba, pero que difícilmente leía, me tope con el relato de un asalto, una mujer en el centro de la ciudad había sido despojada de su bolsa, “¡Ayuda! Gritaba María”, citaba el texto. Lo que yo no imaginaba en ese momento es que María era nada mas y nada menos que mi amiga y compañera, cuyo lugar en la redacción estaba a mi derecha.
Lo supe cuando llegó y le pregunté que si quien le había contado el relato que había publicado ese día, con una expresión de “no inventes, soy yo” me dijo todo lo que había sucedido… me tranquilizó el que no le haya pasado nada, y debo reconocer que en ese momento le resté importancia a la situación al grado de hacerle bromas pesadas a la pobre.
Años después, aproximadamente unos 8, me encuentro viviendo en la Ciudad de México, una de las mas hermosas pero también una de las mas inseguras.
El 3 de diciembre de 2005 fui víctima de un secuestro express, donde me dejaron sin dinero pero bendito sea Dios, no me pasó nada, solo el susto, sí, sé que es lo que todos decimos ante tal atraco, pero es verdad… bueno, después de un mes de refugiarme en casa de una amiga y comprar un carro para no andar en taxi, sentía que mi situación emocional en cuanto a los asaltos estaba superada y que si abría bien los ojos, no volvería a pasarme.
¡Oh confiada de mi!, hace dos semanas, cuando regresaba del cine ante la puerta de la pensión donde dejo mi auto en las noches, toqué el claxon del auto, como no me abrían, llamé por teléfono, al no obtener respuesta me bajé a tocar el portón, como era la una de la mañana, la calle estaba desierta y como es costumbre del señor de la pensión, tarda mucho en abrir, entonces este es un proceso normal.
Sólo que en esta ocasión la anormalidad llegó en un carro grande, negro, con al menos dos hombre, de los cuales sólo vi a uno, moreno, muy joven, no pasaba de los 20 años, de cara redonda, con ropa limpia e incluso a la moda, se fue acercando a mi y yo toque con mas fuerza el portón de la pensión gritando que me abrieran, después sólo gritaba y el hombrecito en cuestión se limitó a decirme “No te asustes, sólo dame el celular”, lo aventé en su dirección para que no se acercara mas. Lo tomó y se fue, pero el carro estaba abierto y andando, se lo pudo haber llevado y el de la pensión seguía sin salir, cuando finalmente me deshice en llanto.Desde ese día no dejo de pensar en el relato de mi amiga… “¡Ayuda!, gritaba Hilda Isa”