miércoles, 19 de agosto de 2009

Peligroso su trabajo...

Hace unos días fue el cumpleaños de mi roomie y decidió celebrarlo en viernes... sólo que en vez de irme directamente al festejo primero fui a cenar con unos amigos.

Raro en mi, decidí acompañar de cebolla mis alimentos, cosa de casi nunca hago pero esa como no iba a haber beso pues que me hice unos tacos más de cebolla que de bistec.

Al trasladarme al lugar del festejo, sobre el hermoso Paseo de la Reforma, me encontré con un retén del alcoholimetro, justo enfrente del museo de arte moderno.

Me pidieron me hiciera a la orilla y yo obedecí. Al hacerlo se acerca mucho el oficial y me dice:


"Señorita, buenas noches, sus niveles de alcohol"


Yo contuve la risa todo lo que pude... para después espetarle un...


"Más bien mis niveles de cebolla joven, acabo de cenar"


Él, con buen olfato, supo que le decía la verdad pues sólo se hizo para atrás, se río y me deseo que pasara buenas noches. Pobre, me pensé, yo huelo a cebolla, pero los demás, ¿a qué oleran?

domingo, 9 de agosto de 2009

¡Qué mesera tan llevada!

No he parado de reír ante la gran indignación de mi roomie, pues lo convencí de que me acompañara a cenar una rica sopa a un restaurante chino.

Una vez ahí, su orden se integró por una sopa de tallarines con pollo (abundante), tres rollos primavera, pan dulce (una concha) y un café BIEN cargado… ah perdón, se me olvidaba, medio bolillo mientras esperaba que llegara todo lo anteriormente enlistado.

Comimos delicioso, la verdad es que yo amo la sopa de tallarines con pollo que hacen en ese lugar, el caso es que a la hora que llegó la cuenta, cándidamente mi roomie dijo:
Aaay, pues… ¿qué rompimos?
A lo que la mesera en el mismo tono le contestó:
La dieta joven

Yo me ahogué de la risa y el no pudo rebatirle.